No Pasará

Éramos dos edificios altos, soberbios, balanceándose en un vaivén esquizofrénico al ritmo de una música silenciosamente elocuente y solitaria, y, sin saber porqué, se nos ocurrió la brillante idea de chocar; los vidrios de las ventanas estallaron, calleron al suelo en miles de pedazos que terminaron uniéndose a los trozos de nuestro amado concreto. Y decir que todo empezó así, como parte de un estúpido juego de impactos y escombros, tú para probar que dentro de la oscuridad y la inmundicia se podía dar lugar a la luz y la felicidad, y yo... la diversión, la intesidad de la vida, en tu imagen, en tus ojos, tus manos, el arte... claro, yo queriendo probar que podía ingresar a tu mundo y salir ilesa... y vaya, mira tú, nos salió todo mal. Ahora estoy inmersa en la tarea de desifrar los geroglíficos que dibujaste en mi piel al son de salvaciones; entre tanto, los sentimientos nos están matando. Lo hemos hecho todo mal. ¿Qué queda?, me cuestiono, ya casi sin aliento, ¿cantar una bella canción y volver a casa? Yo no quise que las cosas se tornaran así... pero, no te preocupes, eso no pasará.

Magia en mis dedos

La magia se enreda en mis dedos, como finos cabellos, pero que una vez más tomen un lapiz y empicen a crear, no será fácil. Volver a descubrir el mismo fulgor ya descubierto, sorprenderme y sonreir. Me miro y aún para mí es difícil reconocerme, yo no era así. Ahora es la canción antigua que creía olvidada, ahora es el cantautor un ser feliz, y está más cerca del pronto que del tarde, se asoma vertiginosamente y no quiero que lo haga, pero retenerlo no es un derecho, en cambio la obligación es inevitable: sabrá lo que ha pasado y entonces no habrá nada que explicar... no existen culpables... yo... lo siento mucho.