sábado, 22 de febrero de 2020

¡Ridículus!


A veces se me da por ser muy ridícula. En el momento no me percato, solo después, cuando caigo en cuenta (incluso pueden ser varios días después), me muero de la vergüenza. Son cosas que suceden. Yo, que sin querer estoy muy atenta observando el comportamiento de la gente, he llegado a la conclusión que este fenómeno es algo común. A la mayoría nos pasa. Nos tomamos a pecho algunas cosas, nos encanta pelear por cosas irrelevantes y, lo que es peor, por cosas que no tienen el menor sentido, o armamos el drama para que, tipo La Máscara, nos den el premio Oscar. Es muy gracioso y da mucha vergüenza. En fin, son cosas que simplemente ocurren en el día a día. ¿Por qué somos así? Bueno, es obvio que existe un conjunto casi infinito de factores influenciando nuestra existencia, así que es complicado de determinar. Por ahora, sigo riéndome y muriéndome de la vergüenza, principalmente por mí misma, pero también por los demás, es mi mejor alternativa. Es de sabios aprender a no ser de ese modo, pero es muy difícil no caer en la ridiculez, solo Dios sabe lo difícil que es.

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