martes, 18 de agosto de 2020

Regla 2

 

sábado, 15 de agosto de 2020

enAMORarse

Enamorarse nunca ha sido el problema. Es tan sencillo entregarle tus sentimientos a otra persona. El problema viene después, se encuentra después. Cuando tus sentimientos ya no habitan solo en ti, si no también en los demás, es muy fácil resultar lastimado, y aún más lastimar. Convertir el paraíso en un infierno no requiere ningún esfuerzo, es lo contrario. Por eso enamorarse es lo de menos, lo importante es lo siguiente. Gracias a Dios no estamos irremediablemente condenados. Este es el mundo donde todo puede pasar.

domingo, 9 de agosto de 2020

lunes, 1 de junio de 2020

El punto


Helo aquí: A veces mi mente va más rápido que la realidad, o incluso que mi consciente, y lo que creo haber hecho (o no haber hecho) a veces, en efecto, ya lo hice, o a veces, en efecto, aún está por hacer, entonces los días se desordenan: los martes saben a jueves y los viernes a miércoles y así sucesiva y aleatoriamente; las situaciones se trastocan, se ladean, y las perspectivas también. Pronto todo se reduce a detenerse, dar un hondo respiro, contener el aire por algunos segundos, expulsarlo, hacerlo de nuevo, repetir, y cuando haya al fin suficiente oxígeno en mi cerebro y quietud en mi mente, comenzar una vez más con la diversión y la locura, con lo de dar bofetadas y que el mundo se pare de cabeza, y es que en irrealidades aparentes y ficticias todo depende del punto de vista.

sábado, 14 de marzo de 2020

Literatura imposible


Intuitivamente, estoy tanteando el filo del cuchillo, buscando crear literatura imposible. La estoy buscando, siguiendo su tenue rastro, atraída por sus inconfundibles signos. Peligra mi cordura, el precio por atravesar al otro lado del umbral. Me hace recordar a la delgada línea que separa el mundo ficticio del real, que desaparece según me adentro en su particularidad. Sé que está ahí, esquivando mi tacto, engañándome desde lo visual: mostrándose a distancia, cuando al alcance de mi mano está. Llevo años probando con las letras, ajustando los factores, calculando la fórmula perfecta que demuestre su factibilidad. Hasta ahora las combinaciones resultan imprecisas. Por un tiempo me resigno a pensar que le hace honor a su nombre, que es verdaderamente imposible, pero constantemente termino recayendo en la misma obsesión. Sí, pienso que algún día daré en el blanco, aunque ¿por qué yo?, ¿por qué tendría que rendirse específicamente a mis pies? No hay nada especial en mí, salvo este impulso interior que se mantiene ahí, vivo y palpitante, clavado en lo profundo de mi ser, menguando y creciendo sin seguir ningún patrón. Siempre digo que fácilmente pierdo la esperanza, y generalmente la pierdo, pero luego me descubro nuevamente en movimiento, como ahora, que creo estar cerca de su origen, el exacto lugar donde empieza todo. Es pues la literatura imposible, haciéndome señas desde la niebla para que la siga a su escondite y me extravíe en sus dominios, donde bien podría revelarme sus secretos, o atacarme por la espalda a la primera oportunidad, porque ella es así, es su naturaleza: esquiva, cambiante, indomable, independiente, egoísta, traicionera, peligrosa y seductora, un juego que quiero, pero no consigo jugar. Me hace falta algo, una contraseña tal vez, no lo sé. Quizás está probando mi resistencia, mi osadía, cuánto estoy dispuesta a renunciar. Si soy digna, se mostrará ante mis ojos, y si no lo soy, nuevamente escapará de mis trampas, porque no es cuestión de atraparla, si no de que ella se deje atrapar. Ingenuamente, la persigo de cerca, roso su magnética órbita, pierdo la noción de las formas y colores a mi alrededor, atrapada entre sus maravillosos y magníficos destellos, un pequeño reflejo de su completo esplendor. Estoy dejando de aferrarme a mi territorio seguro y ampliamente conocido. Antes de soltarme al vacío, quiero desde este blog manifestar mi situación: El abismo se abre a pocos metros, la literatura imposible navega en sus profundidades, pero no se puede llegar con vida desde mi actual posición, habrá que saltar, morir y resucitar una o varias veces, y aún al final puede que me sea inalcanzable. Es una ilusión, una mentira, una falsa aspiración, o existe para los que soñamos con ella, es un sueño real, o peor aún, es todo eso a la vez. De acuerdo a mi experiencia, este, y no otro, es el momento oportuno para dar el siguiente paso: descender un escalón más hacia su guarida, la prisión a la que voluntariamente deseo entrar, de la que jamás se vuelve a salir. ¡Sí!, ¡miren!, ¡ahí está!, hermosa, de pie frente a la puerta. La contemplo, muda, en silencio. La reina de muchos reinos: Literatura... imposible.

sábado, 22 de febrero de 2020

No


Es de las cosas más difíciles de explicar. ¿Cómo le digo que no puedo amarlo? No es culpa suya, no es que haya algo malo en él. Si, rayos, al decirle que "no" ¡lo estoy salvando!

Lo estoy pensando cuidadosamente porque una de las cosas que detesto más es que me malinterpreten. Si supiera lo que me está costando, hasta sentiría lástima de mí. El corazón se me está haciendo chiquito y más chiquito, encogiéndose en su dolor. Es que simplemente no puedo hacerlo. Soy una persona de lo más complicada, no es que los demás no lo sean, pero… ¡ay!, ¿por qué es tan difícil de explicar? "Hay personas que no nacemos hechos para el amor", ¿qué tal esa? Es una pesadilla, cada idea es peor que la otra.

No puedo amarlo como es debido, y puede que exista otra persona que sí lo haga, por eso digo que "no", para no encadenarlo. ¡Ok!, al parecer no hay manera de hacer esto bien. Tendré que vivir con ese recuerdo tortuoso (sí, uno más para agregar a mi colección), cuando me mire directamente y conteste un: "no te preocupes, no pasa nada, te entiendo", mientras sus ojos dirán todo lo contrario.

¡Ridículus!


A veces se me da por ser muy ridícula. En el momento no me percato, solo después, cuando caigo en cuenta (incluso pueden ser varios días después), me muero de la vergüenza. Son cosas que suceden. Yo, que sin querer estoy muy atenta observando el comportamiento de la gente, he llegado a la conclusión que este fenómeno es algo común. A la mayoría nos pasa. Nos tomamos a pecho algunas cosas, nos encanta pelear por cosas irrelevantes y, lo que es peor, por cosas que no tienen el menor sentido, o armamos el drama para que, tipo La Máscara, nos den el premio Oscar. Es muy gracioso y da mucha vergüenza. En fin, son cosas que simplemente ocurren en el día a día. ¿Por qué somos así? Bueno, es obvio que existe un conjunto casi infinito de factores influenciando nuestra existencia, así que es complicado de determinar. Por ahora, sigo riéndome y muriéndome de la vergüenza, principalmente por mí misma, pero también por los demás, es mi mejor alternativa. Es de sabios aprender a no ser de ese modo, pero es muy difícil no caer en la ridiculez, solo Dios sabe lo difícil que es.

viernes, 10 de enero de 2020

Lluvia


Mientras el auto se deslizaba por la autopista, descendiendo ligero como una pluma, mi mirada se dirigió hacia el mar y sus brillos, y por unos segundos mi mente quedó en completo silencio, perdida entre el inmenso oleaje bajo un día soleado. Sonreí levemente, los colores se desvanecieron, el firmamento se nubló, y una lluvia torrencial mojó los vidrios de las ventanas; para entonces las formas externas habían desaparecido, junto con sus estructuras, las personas y demás seres existentes. Estaba sola en el auto, sola en medio del universo, y casi sin darme cuenta me había sumergido en una tristeza nivel insufrible. Estaba hecha. Nadie puede comprender lo que sentí, cómo me sentí, porque nadie pudo ver lo que yo veía desde mi interior. Así fue y a veces así sigue siendo: un mundo indiferente, luminoso, soleado, donde llueve terriblemente para mí mientras no llueve para nadie más.

miércoles, 1 de enero de 2020

RABIA


Uno puede incluso llorar hasta de rabia, recién lo entiendo. La vida es dura, la vida es tan dura que cuando ya lo haz intentado tantas veces y has fracasado sin descanso, resulta difícil mantener la esperanza que algún día las cosas mejorarán. Es tan difícil mantenerse en pie, íntegro, perseverante, cuando dan tantas ganas de mandar todo al carajo, de rendirse con la mayor seguridad que no queda más por hacer y declarar que no estoy hecho o hecha para esto. Por eso admiro a las personas que pueden afrontar esa situación con la responsabilidad y entereza necesaria, no sé cómo lo hacen, no son de este mundo, son extraordinarios; para el resto de los mortales comunes, yo no sé cómo logran sobrellevarlo sin fe, yo no podría.

En año nuevo se me da por pensar en esto, seguramente porque hace apenas un par de horas se me dio por llorar ridículamente frente al computador, nadando en un mar de papeles, al darme cuenta que no he sido lo que debería ser, que no he dado la talla, que he dejado que otros me pisoteen a su antojo muchas veces, y me dio tanta rabia que haya sido así y no haya tenido el cerebro y la valentía para hacer algo al respecto. Ahora que lo escribo, pienso que lo peor que puedo hacer a estas alturas del partido es volverme una persona amargada, resentida, malvada y violenta, no es para nada inteligente, aunque razones no me faltan. Por lo pronto me tranquiliza llegar a la conclusión que, si quiero mejorar las cosas, debo empezar por arreglar los pequeños problemas que puedo solucionar en mi vida, antes de lanzarme a tomar medidas desesperadas. Cómo me encantaría renunciar y dar un paso al costado, pero mientras viva no puedo escapar de los problemas; no importa a donde vaya, estos siempre se presentarán, la vida es así, escapar sería un sin sentido.

Y ahora mismo creo ver una hermosa luz en el horizonte, borrosa a través de mi vista defectuosa, y aunque no sepa bien de qué se trata, me parece que, entre las demás opciones, voy a optar por ir con paso vacilante hacia ella...